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Comunicado del patio Maravillas:
"Hace cuatro años, en la primera semana de Julio de 2007 nació el Patio Maravillas. En estos cuatro años hemos vivido muchísimas cosas, casi una vida entera. Hemos vivido dos edificios y tres intentos de desalojo, median cientos (quizás miles) de asambleas, reuniones y encuentros. Median también muchas charlas, talleres, proyecciones, iniciativas, redes creadas y transformadas, herramientas puestas en marcha y después desechadas, experimentos locos, apuestas apresuradas, millones de errores y mucha gente que se acerca, que participa, que aprende, que critica, etc.
Y justo, cuando andábamos con las discusiones sobre qué hacer en este cuarto aniversario, qué de nosotros y nosotras contar a la gente, como producir ese encuentro… Apareció el movimiento 15M para cambiarlo todo. ¿Lo visteis llegar? ¿No? Nosotros y nosotras tampoco, pero que alegría tenerlo aquí. ¿Visteis como hizo que todo se volviera, de pronto, posible? ¿Visteis como hizo balbucear a la clase política y a los medios de comunicación? ¿Visteis como volvió a colocar en la boca y en el cuerpo de tantas y tantas personas la noción de que hay cosas que son intolerables? ¿Visteis como demostró que el mundo lo hace la gente y no quienes producen cotidianamente escasez, precariedad y miseria?
Nosotros aún no salimos de nuestro asombro. ¡Guau!. Hay días, aún hoy, un mes y medio después, que nos lo tenemos que contar otra vez, porque no nos lo creemos. Para volverlo a poner en el presente: Todo lo sucedido entre el 15 de Mayo y el pasado 19 de Junio. Todo ese torrente de vida, cooperación, inteligencia colectiva.
Y justo, cuando andábamos con las discusiones sobre qué hacer en este cuarto aniversario, qué de nosotros y nosotras contar a la gente, como producir ese encuentro… Apareció el movimiento 15M para cambiarlo todo. ¿Lo visteis llegar? ¿No? Nosotros y nosotras tampoco, pero que alegría tenerlo aquí. ¿Visteis como hizo que todo se volviera, de pronto, posible? ¿Visteis como hizo balbucear a la clase política y a los medios de comunicación? ¿Visteis como volvió a colocar en la boca y en el cuerpo de tantas y tantas personas la noción de que hay cosas que son intolerables? ¿Visteis como demostró que el mundo lo hace la gente y no quienes producen cotidianamente escasez, precariedad y miseria?
Nosotros aún no salimos de nuestro asombro. ¡Guau!. Hay días, aún hoy, un mes y medio después, que nos lo tenemos que contar otra vez, porque no nos lo creemos. Para volverlo a poner en el presente: Todo lo sucedido entre el 15 de Mayo y el pasado 19 de Junio. Todo ese torrente de vida, cooperación, inteligencia colectiva.
Y todo eso nos recuerda, principalmente, que el movimiento está aquí todavía, que como se grita en las manifestaciones… “Esto es solo el principio”
Y entonces nos preguntamos… ¿Qué sentido tiene celebrar nuestra ridícula, diminuta e insignificante existencia a la luz de acontecimientos tan maravillosos? Qué vamos a decirle a la ciudad con nuestra voz, si ya hay millones que hablan muchísimo mejor que nosotros y nosotras, que inventan prodigios que jamás se nos ocurrirían. Si desafían el orden económico y social impuesto de formas más apasionadas, radicales e inteligentes de la que nosotros y nosotras jamás hemos sido capaces de poner en marcha. Si ha conseguido convertir la tristeza impuesta en alegría rebelde, nada menos.
Pensamos entonces celebrar nuestra pequeñez, nuestra parcialidad, nuestra pequeña experiencia de estos cuatro años. Con la alegría de saber que si antes no estaba sola (menos mal) ahora mucho menos.
El patio nació como dispositivo, para la generación de organización política, de alguna forma al nacer el patio buscábamos que el patio fuese un catalizador de las gentes que lucha de forma dispersa en la metrópoli, no creemos haberlo conseguido pero estamos seguras que desde nuestra insignificancia, al igual que otras muchas hermanas y hermanos insignificantes hemos ayudado a significar lo ocurrido en Madrid durante las ultimas semanas”
Celebrar, básicamente, lo mucho que tenemos que aprender y las ganas que tenemos de aprenderlo y celebrar, también, la complicidad de haber recorrido estos pasos tan bien acompañadas.
Y luego, volver a guardar silencio, a escuchar lo que sucede, a maravillarnos, a resistir, a mantener nuestras puertas abiertas para una forma de sentir la política que nos hace vibrar… Y adelante con los faroles.
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