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Construido en 2010, entró en funcionamiento el pasado año en los bajos de Azca. El nuevo Centro de Control de Instalaciones de Servicios de la Ciudad de Madrid, que hoy ha visitado el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, integra las labores de control y vigilancia de 15 túneles de tráfico, 100 kilómetros de galerías de servicio y del 90% de la red de alumbrado público, aquélla que no posee sus propios sistemas de autocontrol, como la M-30, Madrid Río o las carreteras y accesos a la capital. Con una inversión de 11 millones de euros, procedentes del Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local, es un valioso instrumento en la apuesta por la sostenibilidad energética que desarrolla el Gobierno de Ruiz-Gallardón, consciente de que es uno de los "aspectos críticos para cualquier economía que quiera ser competitiva y una exigencia medioambiental de primer orden".Este Centro, junto con el Sistema de Telecontrol de las instalaciones que componen su red, representa y amplía el cumplimiento de un compromiso electoral de la legislatura anterior. Está estructurado en una gran sala con un vídeo-muro formado por 20 pantallas y con espacio para 9 operadores y 3 supervisores. Cuenta también con otra sala de "crisis", con una gran pantalla de 42 pulgadas, así como salas de descanso para los trabajadores, ya que estas dependencias funcionan de forma permanente todos los días del año. "Su construcción -añadió el alcalde- ha permitido mejorar también los sistemas de seguridad del propio complejo de Azca, que pasa a ser vigilado desde aquí".
Más seguridad y ahorro
Además del Centro de Azca, el Sistema de Telecontrol es otra herramienta muy novedosa, que supone "un gran paso en la gestión del alumbrado público", y cuyos resultados se traducen en una significativa mejora de los tiempos de respuesta ante las incidencias y en el ahorro, tanto en su resolución como en el gasto producido por el consumo.
Este sistema se ha instalado sobre 2.572 centros de mando repartidos por toda la ciudad, 1.920 de ellos en superficie, 603 subterráneos y 49 en túneles. Estos centros de mando remiten a los servidores y los gestores del Centro de Control toda la información relativa a consumo, incidentes, alarmas, etcétera. Cuando el funcionamiento del alumbrado no cumple los parámetros o el horario establecido genera una alarma, al igual que cuando hay un fallo en el circuito, en el suministro, o cualquier descenso o incremento del consumo. En definitiva, "el telecontrol permite mejorar la gestión, aportando más información en tiempo real, y permitiendo reaccionar ante cualquier anomalía", explicó Ruiz-Gallardón.
Pero además desde Azca se vigila la "cara oculta" de la ciudad, lo que no se ve pero permite que todo funcione. Es el caso, por ejemplo, de las galerías que cruzan la capital, en las que se alojan 4.600 kilómetros de red de cable o tubería que proporcionan servicios básicos como agua, electricidad o telefonía. De los 144 kilómetros de galerías que recorren Madrid, desde Azca se controlan 100, al igual que ocurre con 27 kilómetros de viario en túnel o paso inferior.
Un cielo limpio y oscuro
Madrid se ha convertido a lo largo de los últimos años en una de las ciudades que lideran en el mundo las prácticas más avanzadas para garantizar un alumbrado público más sostenible y eficiente. Lo ha conseguido gracias a medidas como la sustitución del 95% de los casi 60.000 globos y faroles de las calles por lámparas más eficientes, reduciendo así las emisiones de CO2 en 2.445 toneladas anuales.
La exigente normativa ha permitido superar con mucho los objetivos previstos en el Plan de Acción para 2008-2012 del Gobierno central, aprobado dentro de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética. "Hay que recordar -subrayó Ruiz-Gallardón- que la contaminación lumínica no es indicio de una buena iluminación sino, justo al contrario, de ineficiencia, por lo que es preciso seguir avanzando en este terreno como Madrid lo ha hecho conteniendo las emisiones de flujo lumínico al hemisferio superior y conservando así, junto a unas calles bien iluminadas, y en la medida que es posible en una gran ciudad, un cielo limpio y oscuro".Madrid está logrando, constató el alcalde, hacer realidad "ese ideal que los expertos denominan smart city, la ciudad inteligente que pone la tecnología al servicio de la eficacia, el ahorro, la competitividad, la seguridad y el bienestar del ciudadano"
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1 comentario:
Jajajajaja, si, si, "CIELO LIMPIO Y OSCURO"... Lo de obscuro es por la boina de contaminación de Madrid
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