martes, 28 de febrero de 2012

Exposición Los ballets rusos de Diáguilev en Caixa Forum

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Del 17 de febrero al 3 de junio


Esta exposición organizada por el Victoria & Albert Museum de Londres quiere rescatar la figura de Serguéi Diáguilev (Nóvgorod, 1872 - Venecia, 1929) a través de su compañía de danza, los ballets rusos, sin la cual no podría entenderse la evolución de la danza en el siglo xx. La exposición muestra un recorrido por los escenarios y los acontecimientos más importantes que protagonizó la compañía en sus veinte años de existencia.

Los ballets rusos nacen en París en 1909, de una selección de los mejores bailarines del Ballet Imperial del Teatro Mariinsky de San Petersburgo. En 1911 se independizan del Ballet Imperial y sobreviven por poco tiempo a la muerte de su fundador, en 1929. La compañía viaja a los mejores teatros de la época y llega también a Madrid y Barcelona.



Su éxito proviene de la apuesta por la renovación del lenguaje visual, tanto en la coreografía como en la escenografía, y del lenguaje musical. La característica esencial fue la reducción de la danza al cuerpo humano para expresar historias y emociones, ello explica el desarrollo del virtuosismo de sus bailarines. Artistas visuales de vanguardia de la talla de Matisse, Picasso, Braque, Derain, Goncharova, Laurencien o Chanel participaron en el diseño de vestuarios y escenografías; músicos renovadores como Ravel, Satie, Falla, Stravinsky, Prokófiev, Rimski-Kórsakov; bailarines como Fokine, Nijinsky, Pávlova, Karsavina o Massine, y escritores como Jean Cocteau trabajaron conjuntamente en esta obstinación, animados por Diaghilev.

Los ballets rusos y España


Uno de los ámbitos de la exposición dará a conocer la actividad de los ballets rusos en los escenarios españoles, el enriquecimiento mutuo a partir de sus aportaciones artísticas y culturales y el establecimiento de colaboraciones con creadores españoles que significó la presencia española en el más álgido contexto artístico internacional del primer cuarto de siglo.

Los ballets rusos se refugiaron en España entre 1914 y 1918, los años de la Primera Guerra Mundial, un período en el que resultaba imposible ir de gira por las ciudades y los teatros donde habían triunfado en sus primeros años. Tras pasar seis meses de 1915 en Suiza, donde se reformó la compañía, y hacer una primera gira por Estados Unidos, los ballets rusos se instalaron en España y artistas rusos, franceses y españoles se agruparon alrededor de Diaghilev y su energía creativa. Alfonso XIII respaldó a la compañía permitiendo que actuaran en Madrid y Barcelona y fueran de gira por el país. También los ayudó a regresar a Londres, a unos escenarios donde cosecharon grandes éxitos en 1918 y 1919.

Una vez firmada la paz, la compañía de Diaghilev siguió volviendo a España a actuar, y Barcelona resultó ser un punto de partida idóneo durante la década de 1920 para iniciar las giras después de cerrar las temporadas invernales en Montecarlo. Los artistas españoles fueron cobrando importancia, siguiendo la estela de Josep Maria Sert, el primer no ruso en diseñar un ballet para Diaghilev. Destacan nombres como Juan Gris, Joan Miró, Pedro Pruna y, sobre todo, Pablo Picasso. Todos ellos diseñaron decorados y vestuario y, además, ilustraron la compañía y participaron en programas especiales producidos por los ballets rusos. Compositores (el más destacado fue Manuel de Falla), directores de orquesta y bailarines españoles se incorporaron a la compañía de Diaghilev, y en 1921, por recomendación del empresario británico C. B. Cochran, una troupe de bailarines españoles presentó Cuadro Flamenco en París y Londres.

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