martes, 20 de julio de 2010

Otra exposición que no entiendo del Palacio de Cristal del Retiro

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Esta vez Jessica Stockholder, estadounidense, (como si no hubiera artistas españoles), ha aterrizado en el palacio de Cristal del Retiro con la obra Atisbar para ver.

Para poner objetos del día a día hechos de plástico como cestillos de la compra, cubos, palanganas, bañeras de niño, etc. no creo que haga falta pagar a un artista extranjero, aunque también pongo en duda si esto es o no arte.


En todo caso es mejor juzgar siempre por uno mismo. Se puede ver hasta febrero de 2011. Definitivamente no entiendo el arte que ofrece el Museo Reina Sofía de Madrid
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2 comentarios:

Winnie dijo...

jaja A mi por ahí no me verás ( y menos si es hasta febrero de 2010....jaja Dani en qué estarías tú pensando) Un besote

Stultifer dijo...

Es Jessica Stockholder, sin ningún lugar a dudas, una de las más importantes creadoras de su generación. Nacida en Seattle en 1959 pero educada en Vancouver, lleva quince años en la élite del arte contemporáneo con un tipo de obra que se apoya en su incuestionable compromiso con el espacio y el color. Stockholder expone en Dusseldorf una de sus última piezas, "On Spending Money Tenderly", una gran obra que integra en el fabuloso espacio de esta institución alemana.

La obra de Stockholder ha sido siempre de marcado carácter monumental aunque también es muy conocida por sus pequeños objetos que surgen del ensamblaje de diversos materiales y formas. Las grandes construcciones que realiza parten de su afán por tomar conciencia del espacio en el que trabaja y de adherirse a él por medio de los materiales que utiliza. A Stockholder le vale cualquier cosa. Desde objetos encontrados en un basurero hasta elementos que podrían encontrarse en el más exclusivo cuarto de estar. En esta pieza concreta podríamos pensar que ha montado una especie de chiringuito, un pequeño tenderete que acoge un gran número de objetos. Cajas de fruta, lámparas, mesas, sillas, tablas...Quiere la artista que adoptemos una postura visual cercana a lo pictórico. Stockholder utiliza todos estos elementos, que tienen diferentes colores, y los reúne en excéntricos conjuntos de formas y colores. De esta forma nuestro ojo va recomponiendo la escena. Los objetos están dispuestos de tal manera que el color de uno te lleve directamente al color del siguiente con lo que se crea toda una secuencia cromática con la que se configura y completa la experiencia visual. La obra de Stockholder tiene en el color su referente máximo. Muchos han hablado de ella como la "Matisse de los noventa" por su constante búsqueda de vibraciones cromáticas. Al color de las formas, la artista añade alfombras de colores encendidos pero también pintura en sí misma con la que integra los diferentes elementos que componen la pieza.

Stockholder estudio en British Columbia y más tarde en Yale. En este periodo de formación estudió a fondo técnicas escultóricas y pictóricas, algo que se refleja claramente en su trabajo. Desde principios de los ochenta, durante su estancia en Yale, la artista dejo claro su ideario artístico con la realización de la pieza "Installation in my Father Backyard" en la que, además de actuar sobre muros y ventanas, interviene en el césped pintando un sector de color azul. Toda una declaración de intenciones.