jueves, 19 de diciembre de 2013

El cielo de una noche de Navidad en el Planetario de Madrid

MADRID 

Cada año la estrella de Belén se hace presente en nuestrras vidas, nos vemos acompañados vayamos a donde vayamos en fechas navideñas por ese símbolo de la Navidad. No hay ni imágenes ni informes de testigos que describan el aspecto de la Estrella de Belén. ¿Podremos resolver el misterio alguna vez y saber definitivamente cuál fue la naturaleza de la Estrella de Belén?

El invierno nos brinda la oportunidad de contemplar la estrella más brillante del cielo nocturno: Sirio, situada en la constelación del Can Mayor, visible desde Madrid a poca altura sobre el horizonte Sur. Cerca, en la constelación de Orión, encontramos una maravilla celeste: la Gran Nebulosa de Orión: una inmensa nube de gas y polvo en la que están naciendo nuevas estrellas y donde, posiblemente, se están formando sistemas planetarios como el nuestro.

No muy lejos de ella, en la constelación del Toro, también podemos asombrarnos al mirar las Pléyades: un conjunto de estrellas muy jóvenes, casi recién nacidas, ligadas gravitacionalmente y que podemos observar en el cielo formando un pequeño racimo de siete estrellas. A través del telescopio se observan muchas más, unas 200, y en una fotografía de larga exposición aparecen rodeadas de una hermosa nube de gas y polvo de color azul intenso, resto de la nebulosa a partir de la cual se formaron.

Al transcurrir la noche vemos cómo unas estrellas y constelaciones se ponen por el horizonte Oeste, mientras otras salen por el Este. Es la consecuencia del movimiento de rotación de la Tierra, cuyo eje imaginario apunta a la estrella Polar, por lo que todo el cielo parece girar a su alrededor.

La observación del cielo en días sucesivos, nos recuerda que la Tierra también gira alrededor del Sol: al avanzar la estación, nos vamos asomando a un nuevo paisaje de estrellas; cada vez vemos más pronto en la noche constelaciones típicas de la primavera, y dejamos de ver antes las que caracterizan al otoño. Otros astros van cambiando de aspecto con los días: la Luna varía su fase, algunos planetas se dejan ver y otros no...Cada noche tenemos así ante nuestros ojos un cielo nuevo, diferente al de la noche anterior; un cielo que estará a su alcance y actualizado día a día en el Planetario de Madrid.

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