jueves, 26 de noviembre de 2009

El síndrome de diógenes en Madrid

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Hace unas semanas en uno de los diarios gratuitos se comentaba la noticia de que en un solar cerca de Atocha un mendigo vivía rodeado de basura y objetos robados y se había apropiado de 41 contenedores de la basura que acumulaba en este solar de 250 metros cuadrados. Hicieron falta 5 camiones de la basura para desalojar el solar.

Hoy descubro y denuncio (para que alguien tome nota) que este hecho no es un caso aislado en Madrid. Existen más puntos en la ciudad donde los mendigos cultivan su particular síndrome de diógenes.


Junto a la madrileña Plazuela del Conde de Miranda, y a tan solo un minuto de la Plaza Mayor, existe un descampado en un solar abandonado presumiblemente paralizado por las obras. El hedor que desprende a su paso hace sospechar que algo se oculta dentro. La fotos os dirán el resto:

No entiendo como puede haber este tipo de descuidos por parte del Ayuntamiento y más en zonas tan céntricas y turísticas. ¿Es que no tienen ojos ni narices?

Tampoco entiendo como esta pobre gente puede vivir rodeada de su propia basura.
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5 comentarios:

Winnie dijo...

Te aseguro que a mi se me escapa el que se haya llegado a semejante abandono por parte de los camiones de basura...diarios..¿cómo se puede llegar a ese estercolero?...Ya ni te digo lo mal que creo que debe de estar la persona que "vive" ahí. Besos Dani y feliz jueves

Sandra dijo...

Que asco!! el post está genial, a ver si se consigue algo con él.

Saludos Dani

despe dijo...

sorprendente! leí sobre un caso aquí hace poco,incomprensible
saludos Dani que la pases muy bien
despe

anapedraza dijo...

¡Hola Dani!

Es un problema que nos puede pasar a cualquier, a ti, a mi, a tu madre, no se sabe el porqué, personas con buena vida, muy cultos, o no, empiezan a acumular y acumular, y a vivir rodeado de basura.

Pero en estos casos, que encima son mendigos y están marginados de la sociedad, no es de recibo.

¡Un abrazo!

MIGUEL

Stultifer dijo...

Los de 20 Minutos saben hacer carnaza de las penas de los demás.