domingo, 4 de noviembre de 2012

Silvia Perez Cruz en el Teatro Price

.
Desde sus primeros pasos Sílvia Pérez Cruz avanza por caminos sin trillar. El hechizo de su voz y su presencia nunca se ha materializado de modo previsible. El suyo sigue siendo un perfil virgen, imposible de encasillar. Siempre con varios frentes abiertos y ninguna estrategia; pero ganando batalla tras batalla. Abarrotando grandes teatros mientras su esperadísimo primer disco seguía sin llegar. Ya está por fin aquí. 11 de novembre se titula y encierra un universo sonoro inesperado, subvirtiendo cualquier suposición previa una vez más.

Nacida en el corazón de la Costa Brava, en Palafrugell, hace 29 años y entregada en cuerpo y alma a una incesante actividad musical: ya sea junto al trío de Javier Colina, con Toti Soler, como mitad del experimental Llama o junto al grupo Las Migas, del que hasta el pasado verano fue vocalista. La lista de proyectos en los que ha resplandecido sería inabarcable, y si algo ha llamado poderosamente la atención es su asombrosa capacidad para abordar diferentes estilos. Sin artificios. Con tanta delicadeza como rotunda credibilidad. Y todavía mucho más destacable es el hecho de hacerlo, siempre, con inconfundible sello propio. Posee un registro vocal prodigioso y un innato carisma escénico, pero lo más importante es que se trata de una artista única, que no existe otra cantante como Sílvia Pérez Cruz.

11 de novembre no es solo el primer disco como solista de Pérez Cruz, también es su puesta de largo como autora. Si antes sus composiciones caían con cuentagotas, aquí son todas suyas, alternando letras también propias con versos de Feliu Formosa, Maria Cabrera y Maria Merce-Marcal. También ha escrito los arreglos (de cuerda, viento y voces) y ha asumido incluso la producción, compartida mano a mano con el músico con quién más ha colaborado: el solicitado y siempre sorprendente Raul Fernández Refree. Juntos han realizado un trabajo de orfebrería, barroco y a la vez depurado, primario y refinado, dulce y agrio, tan instintivo y agreste como primorosamente cultivado. Y junto a ellos: los contrabajos de Miquel Angel Cordero, las guitarras de Alfred Artigas e Ignasi Cama (y de la propia Sílvia y Refree), los violines de Olvido Lanza, Bernat Bofarull y Joan Orpella, la viola de María Juan, los chelos de Joan Antoni Pich y Oriol Aymat, el corno inglés de Ígor Cortadellas, la trompa de Enric Camarasa, la trompeta de Félix Rossy, las percusiones del grupo Coetus y las voces de Gloria Pérez, Gloria Cruz, y Toni y Félix Pérez. Sílvia también toca en varios temas el clarinete, el saxo y el piano, y Refree el ukelele, la mandolina y el bajo eléctrico.



No esperen un debut en la cumbre. En todo caso, al borde de un precipicio del que es imposible esquivar la mirada. De turbadora belleza y calma aparente. Nocturno. Con mil y una reposadas lecturas. ¿Idiomas? No solo catalán y castellano, también (por vía familiar) portugués y gallego. ¿Estilos? Definirlos sería casi tan exasperante como enumerar los colores de un cuadro y las diferentes capas con que un pintor halla cada tonalidad. Desde luego hay más folk que otra cosa, pero, entre otros, hay también jazz, psicodelia, pop, tropicalismo, flamenco, fado, música clásica y la huella de las habaneras que la acunaron. Su padre, CÃ stor Pérez, era uno de los mayores conocedores del género y de su repentina pérdida nace la esencia de11 de novembre. Un trabajo que se inicia con una canción de despedida y concluye con otra que lleva por título una fecha de nacimiento. Un cobijo de misterios en el que la voz de Sílvia Pérez Cruz igual parece pender de un hilo, cogida por alfileres, como inunda los sentidos. Un viaje sin brújula ni señalizaciones; porque lo mejor de todo es que es único, que no existe ningún otro disco como 11 de novembre.

8 de noviembre. precio 20 euros.

No hay comentarios: