martes, 17 de enero de 2012

Drácula en el teatro Marquina ya triunfa en taquilla

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Mina, la hija del Doctor Seward, tiene pesadillas con un horrendo ser de ojos rojos y con lobos y murciélagos.

Su amiga del alma, Lucy, hija, a su vez del amigo de su padre, el Profesor Van Helsing, ha muerto en extrañas circunstancias. Mina está enferma, es una enfermedad desconocida, está débil, necesita sangre. Su novio Jonathan Harker, está dispuesto a todo para salvarla.

Su padre avisa a su viejo amigo Van Helsing y le comunica el triste fallecimiento de su hija, Lucy.


Van Helsing llega al sanatorio psiquiátrico del Doctor Seward dispuesto a enterrar a su hija y salvar a Mina.

El Profesor es experto en ciencias y en materias ocultas. Pronto se da cuenta de que de un Conde rumano, recién llegado de sus lejanas tierras en Transilvania, y que visita a la familia Seward desde que llegó, esconde un secreto que solo el Profesor Van Helsing es capaz de descubrir y enfrentarse a él.

El mito del vampiro ha sido fuente de estudio del viejo Profesor durante muchos años. Ahora se enfrenta a uno. Al más antiguo y al más cruel de todos: El Conde Drácula.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Fui con mucha ilusión, a pesar de la mala situación económica en mi casa, hice la inversión de comprar dos entradas para celebrar el cumpleaños de mi pareja, tenía que ser buena, con ese reparto tan estupendo.

Da vergüenza ajena, y sales enfadada.

No sé qué pensarían los que trabajaban en la obra, pero cuando en una obra de terror se recogen carcajadas... Al menos así fue el pasado 5 de Febrero.
La adaptación es francamente mala tanto si has leído el libro como si has visto las películas. Los actores dan la sensación de necesitar un par de meses más de ensayo, olvidos de texto, confusión de nombres, coreografía absurda sobre el escenario y una falta de química clamorosa... Una ya cuenta con que en toda obra le cuelen alguna "promesa juvenil" que interpreta de pena pero que está de muy buen ver, este es el caso de los actores que interpretan a Mina y Jonathan. Olviden a Renfield, el loco, rico personaje completamente desaprovechado tanto por quien ha adapatado el texto como por el actor que lo interpreta.

Lo peor, la decepción con Emilio Gutiérrez Caba, tras verle trabajar de manera soberbia en otras obras... qué pena.

Lo mejor, la interpretación de la actriz que hace de criada, impecable (más con ese texto).

Lo más absurdo, prepárense ,si van a asistir a la obra, para ver a un conde Drácula que gruñe, y gruñe tanto que dan ganas de ponerle la antirrábica y sacarlo a cagar al parque.
El atrezzo parece sacado de una fiesta barata de Halloween.
Consejo para aquellos que le tengan miedo a los vampiros: acudan, se les pasará para siempre.