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El edificio decimonónico situado en el número 4 de la calle Salustiano Olózaga, un enclave privilegiado entre el Eje Recoletos-Prado, la calle Serrano y El Retiro, va a ser rehabilitado y reestructurado para convertirlo en hotel. El Ayuntamiento ha aprobado el Plan Especial que autoriza el nuevo uso hotelero y cuya ejecución supone una oportunidad para recuperar y poner en valor un interesante ejemplo de la mejor arquitectura madrileña del siglo XIX.El Plan Especial analiza la viabilidad del uso de hospedaje en edificio exclusivo, y prescribe una intervención que mejore sus condiciones de habitabilidad y que preserve los elementos de la arquitectura original del inmueble, protegido con nivel 2 grado estructural.
La iniciativa contribuirá a mejorar la oferta turística y a dinamizar un sector clave de la economía madrileña en una de las zonas más visitadas de la capital, sumándose al esfuerzo del Ayuntamiento de Madrid para impulsar la actividad económica y la creación de puestos de trabajo. El turismo en Madrid emplea a 180.000 personas y supone el 9% del PIB. En la ciudad hay 893 hoteles, es decir, unas 80.264 habitaciones. Desde 2003 se han creado 93 establecimientos hoteleros, lo que implica un crecimiento del 39%.
El edificio
El edificio estuvo destinado en su día a uso residencial y forma parte de lo que fue el ensanche de Castro de finales del siglo XIX. Construido en 1897, el proyecto es del arquitecto Manuel Aníbal Álvarez, autor también del Colegio de Nuestra Señora del Pilar.
El inmueble ocupa una parcela de 560 metros cuadrados y tiene una superficie construida de 3.244 metros cuadrados. Está situado entre medianeras y su distribución interior se organiza en torno a tres patios -uno principal situado junto a la escalera-, y dos patios más interiores.
Cuenta con cinco plantas sobre rasante, una planta semisótano y una bajocubierta que, tras la reforma, contendrán 66 habitaciones.
Obras permitidas
El Plan Especial, de acuerdo con el objetivo general del Ayuntamiento de Madrid de proteger y potenciar el patrimonio histórico de la ciudad, establece la consolidación general del inmueble para garantizar su seguridad, la reestructuración de los interiores para adaptarlos al nuevo uso, y la restauración de los elementos protegidos del edificio: la fachada, la escalera, el portal y el patio principal.
Con las obras se eliminará el ascensor que se había colocado en la escalera principal, para devolver a ésta un mayor protagonismo, y se instalarán dos nuevos ascensores, situados a cada lado de la caja de escalera. También se construirá una nueva escalera que garantice la normativa de protección contra incendios y se realizarán las obras necesarias para suprimir barreras arquitectónicas y adaptar el edificio a las necesarias condiciones de accesibilidad.
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