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De las 8 estaciones que conformaban la primera línea de Metro en 1919, las estaciones de Sol y Red de San Luis contaban con ascensores. Sin embargo, no entraron en funcionamiento hasta finales de 1920 por un retraso en la entrega de los motores. La entrada a los ascensores estaba protegida por sendas marquesinas, obra del arquitecto Antonio Palacios. Se decidió la instalación de ascensores por la profundidad de estas estaciones, de modo que los clientes tenían la alternativa de utilizar los ascensores –previo pago de 5 céntimos– o las escaleras.
En la actualidad Metro tiene 508 ascensores. De hecho es el que más ascensores del mundo tiene y eso le convierte en uno de los más accesibles también. Actualmente todas las estaciones nuevas cuentan con ascensores y allí donde se lleva a cabo una remodelación de una estación antigua sin ascensor se
instala uno, siempre y cuando la arquitectura de la misma lo permite, ya que es una medida fundamental de accesibilidad. Precisamente el pasado sábado se puso
en marcha una campaña cívica para que los viajeros de Metro respeten el uso para las personas que de verdad los necesitan.
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