“Anda que no te quiero” de Miguel Ángel Flores es una sucesión de situaciones cómico-absurdas, cuyo enlace principal es el desamor, o lo que es lo mismo: ese momento en que una relación sale adelante o ya no hay marcha atrás.
En palabras de Sandra Marchena, responsable junto con Jorge Gonzalo de la adaptación de la obra: “Cuando se quiere a alguien, hay que hacer el esfuerzo de quedarse. Sin embargo, los personajes de todas las escenas lo quieren todo menos quedarse como están o con quién están”.
Un director harto de su ex-novia-actriz-insegura; una ama de casa con un marido “maltratado” que quiere dejarla; otra ama de casa cornuda que quiere matar a su marido; un mecánico casado con una mujer, con otro mecánico como amante; un suicida que hace el intento cada martes, ante su pareja impasible; y un par de locos, que quizá sean los más cuerdos en esta disparatada historia, configuran el entramado de personajes e historias, cada cuál más sorprendente.
Todas estas tramas se entrecruzan en un vecindario un tanto especial. Un “Trece Rue del Percebe” en el que dos actores harán todos los personajes a un ritmo vertiginoso. Pero lo más importante de “Anda que no te quiero” es su aproximación cómica a estos temas tan espinosos, su especial punto de vista sarcástico.
El autor se ríe de sus personajes, los sitúa en situaciones extremas, abre heridas y no las cierra... dejando al espectador en el clímax de una historia para pasar a otra, en una vertiginosa trama amorosa, en la que todo parece azaroso, pero en la que, sin embargo, todo se entremezcla. Miguel Ángel Flores “juega” con ellos a su antojo, poniéndolos continuamente entre la espada y la pared, a merced de un azar que no pueden controlar.
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