domingo, 22 de febrero de 2009

Todos los madrileños invitados al entierro del parquímetro

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Nació en la periferia de parto prematuro.
Se contagió de la epidemia especulativa por las concesiones irregulares.
El rechazo de todos le produjo una profunda depresión, que le llevó a inyectarse sustancias tóxicas.
Una jueza lo condenó a muerte.
Y sus constantes vitales le fallaban, contabilizando horas de 50 minutos.
Tanta adversidad desencadenó el fatal desenlace.
Su desconsolado padre, Ruiz-Vampirón, agradecerá tu asistencia.



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2 comentarios:

Stultifer dijo...

Apúntenme.

Anónimo dijo...

YO bien los parquímetros, lo que veo muy mal es el sucio negocio que ha montado el ayuntamiento.

Saludos.

MIGUEL