El alumbrado navideño, el frío, la noche que aparece antes de las seis de la tarde, el vaho en las ventanas del autobús, las castañas asadas, los abetos con sus bolas brillantes tras los escaparates y el bullicio de gente de aquí y de allá caminando por las aceras son síntomas de que la Navidad se está haciendo hueco en Madrid. Pero si hay un protagonista indiscutible del paisaje urbano en estas fechas, ese es el mercadillo navideño.
Cada año confluyen cientos de madrileños y turistas, niños y mayores, en estos espacios que visten durante unos días algunas de las plazas y calles más emblemáticas de la ciudad y nos brindan una ocasión única de mezclarnos entre el resplandor de sus casetas de madera. Ningún lugar mejor para encontrar cualquier figura de belén que podamos imaginar, adornos, árboles, luces, disfraces, bromas y objetos venidos del lejano oriente o salidos de las manos de un artesano que está allí mismo para mostrárnoslos.
Del domingo 4 de diciembre de 2016 al sábado 7 de enero de 2017
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