jueves, 8 de agosto de 2013

El Teatro Cofidis reabre sus puertas con la fuerza y el impulso de Rafael Álvarez El Brujo

MADRID - OCIO

El Teatro Cofidis reabre sus puertas con la fuerza y el impulso de Rafael Álvarez El Brujo y dos de sus montajes estrellas: La Odisea y El Evangelio de San Juan. Humor, poesía, música y la fuerza de la palabra conviven en un mismo escenario parademostrar la vigencia de los clásicos. La Odisea llegará al Teatro Cofidís el 14 de agosto y dará el relevo al Evangelio de San Juan el 24 de septiembre.

Siguiendo con el impulso de espectáculos como Lazarillo de Tormes, El Quijote o El evangelio de San Juan., en La Odisea, Rafael Álvarez El Brujo ofrece al público una lectura renovada de los mismos motivos antiguos tratando de extraer los valores contenidos en ellos, en una época en la que la información, a veces, menoscaba el sentido y la orientación final del conocimiento.

Así y bajo la apariencia de un espectáculo sencillo, El Brujo presenta en el escenario un espectáculo directo, vivo y popular con un constante manejo del humor como hilo conductor el relato. Su objetivo: extraer los valores implícitos en el relato y prodigarlos con un lenguaje asequible a las pretensiones del teatro popular.



Asimismo, La Odisea incorpora música en vivo con instrumentos tradicionales antiguos que remiten al contexto musical de Oriente, Turquía, Bizancio y la India: tabla Hindú, pedales, Citar, notas sostenidas, etc.

Y a partir del 24 de septiembre, y solo durante dos semanas, Rafael Alvárez El Brujo retomará El Evangelio de San Juan en las tablas del Teatro Cofidis. Este espectáculo cierra una trilogía junto a ‘San Francisco, juglar de Dios y ‘Los misterios del Quijote’. Estos tres espectáculos se basan sobre antiguas técnicas de transmisión y narración oral, donde el humor es una nota dominante y que versan sobre temas que han dejado una fuerte huella sobre la memoria y la imaginación colectiva.

Se nutren por igual de la ‘tradición de la palabra’, por decirlo así, e insisten de forma especial en la fuerza viva de la palabra hablada frente a la tradición escrita y su ascendente en el teatro.

“El Evangelio de San Juan” hunde sus raíces en las más antiguas tradiciones orales del Mediterráneo. Este espectáculo se inscribe en el ámbito propio de la juglaría, con el humor, la vitalidad y el ritmo propios de la comedia, pero al mismo tiempo, como en “San Francisco, juglar de Dios”, con una fuerte carga poética, en este caso ineludible, por el lenguaje propio del texto y la ternura y simbolismo de alguna de sus situaciones.

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