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Después de la prohibición del tabaco en establecimientos públicos como bares y restaurantes toca tirar de imaginación y de vacíos legales para poder fumar en el interior de los locales, aunque la opción más usada por los hosteleros es la instalación de estufas en las terrazas de la calle.
Acaba de nacer “Fumando espero” el primer club de fumadores de Madrid. La creación de estas asociaciones si está permitida por la ley y se podrán fundar siempre y cuando no tengan ánimo de lucro ni funcionen gracias a trabajadores remunerados.
El club, que se aloja dentro de una de las instalaciones del Hotel Prado Real de Soto del Real, pide diez euros por abonarse y ya reune casi cien socios. Dentro del club de fumadores no se vende ningún tipo de producto, los abonados podrán adquirir por ejemplo bebidas alcohólicas en una barra que se sitúa fuera del local a tan solo diez metros y transportarlas hasta el club.
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1 comentario:
Del club de fumadores al hospital de tuberculosos hay un paso.
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