martes, 21 de septiembre de 2010

La movida de los ecuatorianos en la Casa de Campo

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No es la primera vez que suceden enfrentamientos entre la policía y los ecuatorianos que cada fin de semana se concentran en el campo de fútbol que hay junto al lago de la Casa de Campo. De hecho sucede cada vez que la policía se acerca a la zona para inspeccionar la venta ilegal de comida ambulante.

Esta vez lo malo ha sido que la trifulca ha llegado a mayores con 4 agentes de policía heridos por pedradas y 4 detenidos.

Una de las reuniones familiares de ecuatorianos en la Casa de Campo

Los sudamericanos eligieron ya está zona desde hace mucho tiempo y están perseguidos y vigilados por incumplimiento de normativas sanitarias, de salubridad alimenticia y ocupación de espacio público. Ya paso también en el parque del Oeste donde también se reunen habitualmente.

Lo cierto es que las reuniones familiares se convierten la mayoría de las veces en borracheras, peleas, venta de comida ilegal, olor a meado, cortes de pelo al aire libre, música a toda altura con altavoces y amplificadores, y demás lindezas. Algunos conducen borrachos y otros incluso llevan armas blancas. En los peores casos la cosa termina como en esta ocasión, rebelándose contra la policía y agrediéndolos por cumplir con su trabajo.

Así se han disculpado desde el periódico El Latino de Madrid

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4 comentarios:

Stultifer dijo...

Es decir, una reunion de ecuatorianos es como un botellón de españoles, que se convierte en peleas, borracheras y vomitonas.

Winnie dijo...

¡Qué rabia me dá que el ser humano no sepa moderarse en ciertas situaciones....! (es que nunca entenderé los botellones.....) bss

Miguel dijo...

Un botellón al que hay que añadir venta ambulante de comida, cortes de pelo al aire libre como dice Dani, música a todo trapo, todo a la vista de los miles de visitantes de un lugar que es un bien de interés cultural como la Casa de Campo... esto no es tolerable lo hasga un madrileño o un taiwanés.

Carlos Osorio. dijo...

Deberían ofrecerles un lugar donde reunirse, en vez de hostigarles.